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sábado, 23 de julio de 2016




EL PRIMER MINISTRO BÁVARO, HORST SEEHOFER, HA ORDENADO IZAR LAS BANDERAS EN BAVIERA A MEDIA ASTA

  • Múnich recupera normalidad tras tiroteo de germano-iraní que causó 9 muertos
    El padre de una víctima muestra una fotografía de su hijo cerca del centro comercial donde se produjo un tiroteo en el que murieron nueve personas el día anterior, el sábado en Múnich, Alemania

EFE
Múnich (Alemania)
La ciudad de Múnich se esfuerza por volver a la normalidad tras una noche de horror tras el tiroteo, mientras las banderas ondean a media asta y los ciudadanos comienzan a depositar flores en el lugar de los hechos.
"Fue un sólo atacante y está muerto. Ya no genera ningún peligro y eso es ahora lo más importante para nosotros", dijo hoy el jefe de la Policía muniquesa, Hubertus Andrä, tras una noche en la que un joven germano-iraní dio muerte a nueve personas y luego se suicidó.
Se trataba de un parte de relativa tranquilidad tras una noche de nervios en la que se habló de hasta tres atacantes y se declaró la alarma terrorista, aunque posteriormente se ha llegado a la conclusión de que se ha tratado de un acto de un individuo aislado.
El primer ministro bávaro, Horst Seehofer, ha ordenado izar las banderas en Baviera a media asta y en las proximidades del centro comercial algunos ciudadanos han comenzado a depositar flores y encender velas en memoria de los fallecidos. Seehofer, además, depositó una ofrenda floral en el lugar de la matanza.
La presencia policial sigue siendo fuerte en los alrededores del lugar del ataque, que se produjo ayer sobre las 15.50 GMT y mantuvo durante horas en vilo a las fuerzas policiales de la ciudad, hasta que poco antes de las 00.00 GMT del sábado se desactivó la alarma.
Funcionan con normalidad el metro y el resto de transportes públicos, que permanecieron suspendidos durante el periodo de alerta.
La policía ha dicho que actualmente no hay razones relacionadas con la seguridad para no moverse libremente por Múnich ni para dejar de visitar la ciudad.
Sin embargo, en la calle no se ve mucha gente y muchos actos han sido cancelados, como una fiesta en la zona peatonal para conmemorar el aniversario de la ley de la pureza de la cerveza alemana, lo mismo que un festival de música como muestra de que no es momento de celebraciones.
Por otra parte, entre los muniqueses, desde anoche, se ha desatado una ola de solidaridad y a través de las redes sociales hay quienes anuncian que las puertas de sus casas están abiertas para quienes necesiten compañía tras el trauma de la noche.
En todo caso, el temor sufrido anoche todavía está presente en muchos de los habitantes de la capital bávara.
Muriel, española residente en Múnich, explicó a Efe cómo el miedo se extendió rápidamente en toda la ciudad con las primeras noticias del tiroteo: "Estaba a punto de salir de casa para ir a cenar el centro y una amiga me llamó para decirme 'no salgas'".
A partir de entonces, como la inmensa mayoría de la población de la ciudad, de alrededor de 1,4 millones habitantes, se quedó en casa pegada al teléfono y a las noticias.
"Estábamos totalmente asustados", rememora recordando las informaciones que se sucedían sobre tiroteos en distintas partes de la ciudad, todas falsas.
"Siempre habíamos pensado que en Múnich no pasaría nada, que sería en Berlín", apunta recordando el "pánico" desatado ante el convencimiento generalizado de que se trataba de un atentado terrorista, aunque finalmente el autor era "un niño con problemas".
Esas declaraciones se produjeron después de que la policía informase de algunos detalles sobre el autor del ataque -un joven probablemente con depresiones y problemas escolares y con una obsesión por la violencia- y descartase un trasfondo yihadista.
En un vídeo que circuló por las redes sociales se escucha decir el autor del tiroteo que es alemán, que nació en el país y que vive en una zona con alto porcentaje de receptores de ayuda social.
Según informaciones del canal privado de noticias n-tv, los vecinos describen al autor del tiroteo como un joven tranquilo que trabajaba ocasionalmente como repartidor de periódicos y con pocos contactos.